La cultura del agradecimiento excesivo


Una molesta costumbre social se ha impuesto, esa filosofía barata de la comodidad esclavista de agradecer por todo y por nada, quizás heredada de una lógica paleo-cristiana cuando los esclavos se sometían a la voluntad de sus amos, y hallaban sazón en sus miseras vidas por el mendrugo de pan que se colocaba en su mesa, a cargo del duro trabajo.

No invito a alguien a la rebeldía, pero no es raro que este fenómeno halla probado también ser la doctrina recalcitrante del apaciguamiento ante la mano de obra cada vez mas barata, la doctrina supersticiosa de los que viven sin patrimonio en un mundo que de forma contradictoria les impone el consumismo.


ahora mas que nunca los salarios de miseria y de hambre son la motivación, un universo paradójico, donde aquel que estudia y se esfuerza gana mucho menos por ser honesto que el hombre que se dedica a otras labores, y nunca pasó por una universidad, los jóvenes no quieren saber de filosofías desprendidas, ellos ven en los lujos, el paraíso que el trabajo se niega a darles, ¿como quieren que ellos no hagan saltos de crimen por alcanzarlos? acaso las ¿tetas de silicona y los caballos de paso fino llegaron  haciéndose a  buenos títulos? ¿puede un estudiante de antropología pagar entradas de 400 mil pesos para ver a su grupo favorito?


"agradezca que usted tiene, miles se están peleando por este trabajo" políticas de empleo, que han dividido el pan en trozos mas pequeños, para que todos quedemos con hambre pero no protestemos, así como hay quienes repartiendo los mendrugos se llevan el mejor pedazo, y otros menos escrupulosos, que reunen mas pan a punta de la fuerza bruta y las acciones delictivas.


ustedes sigan agradeciendo por todo y por nada, como el perro que lame la mano de aquel que le tira huesos roídos debajo de la mesa, y con eso cree ganarse el cielo, lo cierto es... que si algo mantiene atados a todos a la "graciocracia", es el miedo a quedar sin nada, porque si hay algo peor que tener poco, es no tener.


todo hombre, creo yo, nace con la convicción interna de querer recibirlo todo, de poder luchar y ganar, nadie quiere ser segundo o tercer puesto, por lo tanto, si me vienes a hablar de agradecimiento, mas bien piensa, sino me hablas de servilismo autentico, de hipocresía con el natural inconformismo humano, que algunos manifiestan criminalmente, y otros tantos son tachados de izquierdistas por manifestarlo.



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