Cuentos de Amor negro.
“¿me quieres?” Le pregunta ella, un tanto irónica, como mirando la falsedad, la mentira, y el mal, que siempre hallo en todos, los que la abrazaron, la besaron, se fundieron en su cuerpo, y luego, la dejaron sin dejar más que el rastro de la amargura.
“claro que te quiero, ¿Por qué lo dudas?” pregunta el, no es la primera vez que se lo insinúa, el sabe que ella nunca ha confiado, que la lista es larga, y que su confianza no podrá ser recuperada, solo por un milagro.
“entonces, demuéstramelo” dice ella con tono imperante.
Sentados en un parque, es un bello atardecer caleño, el sol cae manchando de rojo y azul las nubes, no hay día mas bello, parece que los dioses se tomaran en ese momento, el día para librarse de tragedias y dolores, están sentados ahí, mirándose, ella quiere creer, el no consigue ser creído, sabe, que lo que haga en esta vida, no alcanzara para convencerla de su amor.
“solo lo sabrás, cuando muera” le responde el, con la certeza de un oráculo, de un clarividente, que en ese momento puede conocer la línea delgada entre el pasado y el futuro, como si fueran un todo.
“esta bien” le dice con ironía, otra vez, sabe que es tan posible que la defraude, que se volverá eterno para nunca morir, sabe que es otro hombre entre miles, de esos que mienten y fingen amor para obtener placer, de esos que nunca se comprometen con la vida, y que ven en cada mujer, una mas…
“sabrás que te amo, porque cada medianoche, llorare de ausencia en tu ventana” dice…
Ella se ríe, es ridículo, si no es un loco, por lo menos ha hecho un papel muy grande, solo para obtener su favor.
Al día siguiente, el cumple su promesa, al mediodía un hombrecillo malvado dispara al azar contra su cuerpo, solo porque este no tenia una moneda que darle, rara forma de demostrar amor, pero ella se sabe casualidad, cruel casualidad de la vida.
Un día después de su funeral, ella se da cuenta, que cada medianoche llueve, pero no le da importancia, el clima de estos tiempos ha enloquecido, solo se extraña del suceso, cuando siente que en su puerta tocan, y abre, pero la lluvia no esta ahí, no esta afuera, no esta en su puerta, no esta en la calle, solo aparece a las 12 en su ventana, y entonces llora…
Sabe que cuando se ama, no se pide una prueba de amor, no se puede darse por vencido, no puede vivirse prevenido, sabe que cuando se ama, se entrega hasta la vida, y que amores hay muchos, pero el que lo entrega todo sin reservas, solo una vez en la vida, tal vez es demasiado tarde, la lluvia le recuerda que el amor tambien se va.
II
Ella se ha ido a vivir a Grecia, y el, vive en Venezuela, ella, ha crecido entre jardines casas quintas, el, recorre las calles de su barrio, entre luces parcas y peligros escondidos, ella, infeliz, tiene un novio hermoso, sacado de una revista de cromos, o de Tv y novelas, el, solitario, los pobres no tienen derecho al amor, y si lo tienen, pagan una larga factura por tal atrevimiento.
Al fin se encuentran, Dios comienza a jugar ajedrez, y cruza sus fichas, ella es la reina, y el, el peón, y sus manos se cruzan, el cielo y el infierno se han unido por un día en un abrazo de amor, un eclipse breve, que será eterno, para quien lo mira fijamente, el siente que jamás podrá conocer a alguien como ella, pero su ángel se va, el destino los separa, en este juego, el alfil separa al peón, y lo envía a un mundo perdido, la busca, nombre tras nombre, teléfono tras teléfono, nota tras nota, una y otra dirección, y nada, se ha dado cuenta que su guerra es perdida, ella se ha llevado su corazón.
Y un día, la ve, en la television, tan hermosa como siempre la recordó, esta en Grecia, la toca, impasiblemente, debe creer que es parte de su espejismo, le han dejado quitarse un momento su camisa de fuerza, para poder contemplar absorto la imagen ilusoria de un amor ficticio, que el dice que existió, que solo vio en el brillo de los ojos de ella, y que espera, que un día, le salve el alma.
III
Le busca las palabras en la boca, y no le salen, esta ahí, tan callado, últimamente no ha querido hablarle, pero no encuentra palabras para sacarle de su letargo, “dile algo, a lo mejor responda” se dice a si misma, le toca los labios, no se inmuta, tienen un color cardenal como si la vida se hubiera ausentado, hallar vida ahí es difícil, el nunca fue una persona muy alegre, pero ahora es mas difícil.
Pasan las horas, y ella no deja de contemplarle, todo le recuerda a el, las flores, sus miradas tibias de sol, cuando la sentía entre sus brazos, y ahora, nada, impávido, se muestra, no responde, ella espera que la habitación se quede sola, y le besa los labios, esperaba un sabor desagradable, pero no, nada mas frio, nada, le habla al oído “contesta por favor”, su palabra su mantra de locura, lo repite una y otra vez, se le recuesta en el pecho, como en las noches cuando sentía su respiración fuerte, mientras ella se acercaba a su pecho para sentir su latido, y el calor de su cuerpo envolverla a la hora de dormir, pero ya no esta ahí “contesta por favor, hazlo” y de pronto, siente algo entre el y ella recorriendo el espacio, caliente, luego frio, sus lagrimas le rozan el traje negro, y sus manos comienzan a aferrarse a el, comienza a desesperar, ese idiota la ha dejado, se queda callado, nada mas ¿Qué se ha creído?, quedarse mudo ciego y sordo, así nada mas, y comienza a golpearlo suave, y paulatinamente hasta que el estruendo de sus golpes asustan a los espectadores.
“vamos, esta muerto” le dice el padre, y la separa de la tapa del ataúd.
III
Suena un fuerte “splat”, todos los que estaban en el restaurante fijan su mirada en aquel engendro, la ha abofeteado en publico, tan fuerte, que un hilillo carmesí mana de su rostro, “eres una perra” le grita en publico, y a continuación, se desmanda en insultos contra ella, quien permanece indiferente ante aquel espectáculo, cuya protagonista es ella misma, han llamado a la policía, quien se ha acercado a la mesa y ha sujetado al tipo, se resiste, y le aplastan la cabeza en la sopa, para demostrarles que la fuerza son ellos, mientras la muchacha grita “suéltenlo, no pasa nada, solo fue un golpe, déjenlo en paz” y comienza a golpear a los policías, toman la declaración del mesero, y de otras cinco personas que estaban en el lugar…
“hija mía ¿Cuál fue la razón para que te golpeara esta vez? ¿Y en publico?” la acaricia, no entiende porque, su niña consentida, parece adicta a los golpes y al maltrato psicológico que le da ese gañan, cada fin de semana es una historia parecida, ella olvida hacer algún encargo, llega tarde, no contesta una llamada, o simplemente el no se encuentra de genio, cuando Doña María (porque así pueden llamarse miles de madres) lo conoció, era un hombre bien educado, de buen porte, fino, de alta sociedad, con un buen historial crediticio, pero nunca sospecho, que detrás de ese protohombre, habría un sádico rompe dientes, que le daría a su hija, una literal vida de perros, y ahí estaba ella, acostada en el regazo de su mama, con la mano de su amante marcada en el rostro, esta vez la saco barata, otras veces tenia morados en todo el cuerpo, hasta ojos hinchados, cual legendario gladiador del boxeo.
“pero el me ama mama, es que tu no has vivido con el, no sabes lo tierno que es por dentro, esos golpes me los merecía yo, ¿Cómo me atrevo a no saber cual es el tenedor para camarones? Y menos con un hombre de alta sociedad, yo lo amo, y no quiero que nada malo le pase, quiero que salga rapido de la cárcel” y llora en el regazo de su mama, de forma tan abundante, que deja marcada la figura de su rostro sobre ella, ¿Cómo puede una mama resistir esas suplicas?, pero doña María prefiere callar, sabe que si vuelve sobre lo mismo, perderá a su hija, intentar convencerla, que hay mejores hombres en el mundo, que el maltrato no es símbolo de amor, sino de una descompensación psicológica grave, y en el peor de los casos de una tendencia psicópata, es tiempo perdido, ya se lo ha dicho muchas veces, eso es solo llover sobre mojado.
El tiempo pasa, al fino empresario lo dejan libre a los pocos días, aun con cargos probados, y un proceso probatorio totalmente en su contra, así funciona la justicia aquí, si tienes dinero, puedes matar a quien sea, solo es cuestión de días para salir, o para vivir en un lujoso apartamento con todas sus comodidades dentro de la cárcel, ellos vuelven a amarse, ella siente que el por fin dejara de ser así…
Meses después doña María, recibe una llamada “es su hija, la encontramos en una maleta tirada en las afueras de la ciudad, cortada en trocitos pequeños, supimos que era ella de inmediato, porque el asesino no se tomo la molestia de quitarle el anillo de matrimonio” la madre llora a secas, el amor en ocasiones, te puede matar, y alguien si puede morir por un amor que no le conviene.
IV
No soy bueno con las palabras, si es que me entiendes, siempre he queridos ser un escritor, pero no encuentro fuente de inspiración, escribo por escribir, como en ocasiones, hablo por hablar, y rara vez, bailo por bailar, de mi, no esperes nada, cuanto me gustaría darte días soleados, o triple arcoíris, o un unicornio azul como el de Silvio Rodríguez, que se le perdió, no soy tan inteligente, como para tejer una red con mis palabras y hacerte caer en ellas, no tengo veneno en mi lengua como para seducirte con ellas, y paralizarte, y así, sacar provecho de ti.
Puedes dejarme, al frio de la noche, o al calor del medio día, pero no seré tu juguete sin previo aviso, ni seré tu amor eterno sin que hallas hecho un sacrificio, no te prometo dos mil alegrías, ni llenar tu vida de risas, no te prometo ni la belleza ni la juventud eterna, soy tan mutable y básico, como los demas mortales, que se entienden a si mismos, como inmutables y gloriosos, no tengo baja autoestima, para eso, seria necesario que entendiera como funciona, o pudiera contarla, como se pueden contar los granos de arena del mar, pero como no lo entiendo, ni lo puedo contar, no existe para mi.
Para mi tu existes, porque puedo contar los poros de tu piel mil veces cada noche, aunque sea en mi imaginación, porque puedo cuantificar tu tono de piel, y puedo medir cada centímetro de tu cuerpo, porque eres tan real, y te has llevado mi mente, como puede llevarse mi vida, cualquier día de estos la casualidad, no soy pesimista, ni realista, me gusta tantear la vida, como la tantea el ciego, porque me he dado cuenta que muchos caminan sintiéndose seguros y tropezando, y otros tanto, siquiera la caminan, por miedo a tropezar.
No te enojes si soy parco, irónico, sarcástico, dramático, histriónico, depresivo, algo maniático, y a la vez, soñador, algún día podrías extrañar mis locuras, o no hacerlo, y sin embargo, yo entendería tu naturaleza, y te extrañaría, así como extraño a aquellos que se han ido y están aquí, y aquellos que nunca volverán, la vida me ha mostrado, que solo es una, y mas allá de ella, no sabemos que hay, no podemos apostarlo, y no podemos desperdiciar la oportunidad de vivirla.
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