Aquello de la muerte.
A petición especial, hablare sobre la muerte, nunca he terminado de
acostumbrarme a ella, seria mas fácil decir, que esta representa la soledad,
pero no es cierto, en la soledad se respira, no es la lejanía de los seres
queridos lo que la hace pavorosa, no se basa en la forma en como se hace, morir
abaleado en una calle, o dormido en un sillón a los cien años, no tiene la
menor importancia, mi mayor
preocupación ha sido dentro del plano lógico,
si ya no respiro, ya no siento, ya no duermo, ya no amo, ya no existo,
¿Cómo se puede considerar la muerte? La única verdad cierta es, que dentro de
este universo material, todo es finito, nada es para siempre, se expande a velocidades inigualables, pero
tambien se encoge y se reduce, como lo hace el cuerpo a través del ciclo de la
vida, y cuando por causas naturales ese debilitamiento de las fuerzas naturales
colapsan, entonces todos los ciclos vitales finalizan, sin oxigeno, solo
carbono, navegando en el vacio, en la nada, eso es el fin.
Aun los soles mas bellos, y las galaxias mas increíbles tienen su final,
calculadas en millones de años, o en
siglos, tambien llegan a su fin, una tortuga de mar puede vivir hasta 300 años,
pero aquí, el tiempo no tiene importancia,
no hay demasiado tiempo, no hay eternidad sin recorrer en la
materialidad, eso pertenece al terreno de lo espiritual, pero de lo espiritual
solo podría hablar desde mi percepción y mi anhelo y esperanza, que no todo se
reduzca a una línea de pensamiento, el tiempo descubre su vanidad insulsa,
cuando mirando hacia atrás, se da cuenta, que no importa la cantidad, siempre
se agotara, y cuan mas grande sea, mas podría alejarse y perder su tamaño, eso
se comprueba en la vida simple, no hay nada que impresione para siempre, no
existe una sola cosa que no llegue a perder su capacidad de conmover, siquiera
la belleza de una mujer, que le pudiera garantizar su supervivencia como
encanto perdura, y no me refiero a la vejez, hago referencia que hasta la
belleza aburre, el placer cansa, y las alegrías hastían, y aun las
contrariedades sofocan, en esta ocasión se, que algunos podrían sentirse
contrariados por mi punto de vista, y hasta preguntarse si creo la mitad de lo
que digo, lo cierto, es que solo sostengo una teoría.
Los científicos actuales han explicado de manera muy elocuente, como en ese
órgano (el cerebro) que poseen todos los seres humanos en mayor o menor
desarrollo, no renovable, y de suma cantidad, delicado, suceden todos los
procesos necesarios para la humanidad, el pensamiento, los sueños, la
espiritualidad, reduciéndole a algoritmos simples, a formulas orgánicas tan
sencillas, que parecían increíbles de no descubrir, no es un mito, no hay que
disgustarse, todo sucede desde ahí, es
lo que nos han querido decir las publicaciones de “un fantasma en la maquina”,
no hay tal, no se tomen esto en contra, después de leerlo una y otra vez, en lo personal, concebí, que es
maravilloso, que no seamos unas nueces caminando que se pueden aplastar, y ver
el angelito tocar el arpa, estoy hablando todo desde la parte material, porque
mi experiencia tacita me sigue dictando que existe un plano espiritual, tal vez
sea por el hecho reconfortante de comprender que existe algo que nos lleva a la
idea de la predestinación, lo maravilloso desde el asunto físico, es como pudo
evolucionar el primer ser viviente desde una célula sencilla dedicada a
sobrevivir, hasta el complejo sistema de
neuronas que han dado por resultado al
homo sapiens, la vida y la muerte
se interrelacionan, esta es un equilibrio necesario, esta le da continuidad a
la vida, desde la corta visión de la vida que tengo, la muerte da la
oportunidad a nuevas vidas de recorrer el sendero que otras han recorrido, pero
es por esta misma razón que no creo, ni por casualidad en la reencarnación, la
evolución espiritual como tal no existe desde el punto de vista del karma, si es cierto que tras una muerte,
viene una nueva vida, ¿Cómo se explica la explosión demográfica? Como entonces
se concibe que la tierra este al borde del colapso, y todos los recursos
naturales en inminente riesgo de desaparición, como evolucionan las almas de
millones de nuevos seres que han nacido adheridos a los millones que existían
antes, que era la gran discusión de épocas antiguas, entre la circularidad del
destino, y la linealidad, creo firmemente que son ambas y ninguna a la vez, el
universo es cíclico, no infinito, el mundo tiene ciclos, pero no es eterno, la
vida humana se perpetua, pero su tamaño y proporción comprueban que no son
movimientos circulares los que daría el alma, como se explica entonces que hoy
sean mil millones de chinos, y hace dos mil años, esta cifra de personas era
inconcebible en todo el mundo para los antiguos pensadores, es claro que la imaginación nos juega un
claro engaño, en cuanto a esto de los cuerpos astrales, del desdoblamiento, y
de otras vicisitudes, que no permiten despejar la miopía del egoísmo universal,
ese humanismo que se basa en el hombre como centro del universo, solo por ser quien es, el ser predominante en
esta pequeña molécula azul, en un inmenso cuerpo aun desconocido en su inmensa
totalidad.
No espero que los amantes de estas teorías me acepten, no quisiera
aceptación de ningún tipo, lo que yo digo, es lo que expreso desde mi corta
razón, desde este órgano que me ha sido dado, y uso para recorrer mis
percepciones una y otra vez, pero lo que me aterra de la muerte en realidad es
eso, que no existe percepción, que no existe un solo ser humano, aparte de
Cristo, que haya regresado de la corrupción, de los olores nauseabundos, de la muerte cerebral y hasta la muerte del
hígado, el ultimo órgano en morir, del vaciamiento de sus intestinos, de la
extracción de ellos, a través de la thanatopraxia, de la descomposición, y de
la desaparición de sus huesos a través de la oxidación total de sus miembros,
creo que es lo mas difícil de aceptar, morir se parece de forma lejana, a
dejarse caer de espaldas a lo desconocido, es en ese instante cuando las manos
se aferran a la vida, cuando olvidando
las contrariedades y sinsabores, las fosas nasales se aferran a la vida con
desesperación, el terror de la incertidumbre, y es ahí donde aparece la
eternidad, una eternidad aterradora, pero consoladora, se descubre que el
dolor, multiplica el tiempo, los segundos se convierten en horas, en días, en
años, no es un mito de Hollywood, quizás
es el único consuelo experimentable, todo lo que es la agonía se experimenta
como algo mas trascendente que esta
plana vida. Luego, la inconsciencia, es
aun mas aterradora, pero a su vez consoladora, volver al lugar de donde se
vino, a lo desconocido, a lo perdido, el bostezo vulgar y grotesco de la muerte
dibujado en la falta de pudor, no existen remilgos ni preguntas, el cascaron
vacio e impersonal que un día nos represento se haya ahí, en estado neutro, inanimado,
aun pudiéndose hallar en su ultimo gesto, terror, sorpresa, rabia, amor,
felicidad, la esencia de la vida no se encuentra en un cadáver, pero esto
tambien puede llegar a ser consolador, es por eso tambien que muchas personas
sienten terror ante la anestesia, esa forma descarada de perder conocimiento,
de alejarse, esto de no querer quedarse en un solo plano, pensado como ajeno,
porque estamos aferrados a la riqueza de todos los procesos que han tomado
millones de años en convertirse en nosotros, y que son tan frágiles, que pueden
perderse en segundos, desde un solo
golpe de asteroide, hasta la lenta agonía de un cáncer terminal.
Las preguntas de la vida, no cobran sentido hasta que la muerte no
comienza a develarse como un cotidiano
que afecta a todo el genero humano sin excepción alguna, revelado a través de la religión como un
castigo de Dios a nuestra rebeldía, pero mis pensamientos han girado en torno a
esta realidad sencilla y general como es
morirse, ¿Por qué un Dios de bondad habría de castigar con tan feo castigo a la
humanidad? Mis conclusiones despertarían
risa, mas fuertes que las del festival del humor, pero si he de decirlas son,
que no hubo castigo, ni la muerte es un error, es la muerte espiritual lo que
se acusa desde los rollos del Qumram y otros textos antiguos, como el verdadero
castigo divino, nuestra incapacidad
total de percibir a Dios, de seguirle, escucharle y sentirle, el hombre ha emprendido miles de caminos para
encontrarle, eso es una evidencia consistente de tal aseveración, el hombre
busca a Dios, el hombre niega la existencia de Dios, pero busca sentido a su
vida, aun en el absurdo del universo sin rumbo, o soy demasiado optimista para
hacer esta afirmación, pero la creo, el hombre
es incapaz de tener ningún tipo de comunicación con el creador, ninguna que no
tenga una explicación material, y pueda
ser resuelta en simples algoritmos, por
eso fracasan muchos planes de gobiernos teocráticos, por eso las instituciones
constituidas en la base del amor y la igualdad, se constituyen en tiranizadoras
y déspotas, por eso las creencias generan desigualdad, la desigualdad genera
disensión, la disensión genera contiendas, y estas a su vez odio, y volvimos al
ciclo de la guerra, no hay uno solo, que posea la verdad absoluta, sin tener
que bajar la cabeza y decir “esta bien, admito que acerca de Dios lo desconozco
todo” por eso Pablo decía a sus discípulos que conocieran cual es
el ancho, el alto y la base profunda del amor de Dios, el entendía que tal
conocimiento no era posible de materializar del todo, nuestra necesidad de respuestas no es sanada
del todo, muy a mi pesar, he tenido en mi contra, personas que se han
manifestado contra mi necesidad de razonar, pero quiero afirmarles que he
descubierto, que la labor interminable
de la humanidad de descubrir nuevos horizontes
es cierta, pero se ha visto truncada por el oscurantismo, la ambición,
los prejuicios, y los dogmas firmemente arraigados en la terquedad del
absolutismo, no es que uno no deba aferrarse a algo con fe ciega, es que uno
tiene todas sus facultades, y no debe renunciar a ellas.
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