La Desnudez
¿Por
qué lavar ropa? Me levante esta mañana a pensarlo, un inventario de 180
prendas, entre medias zapatos, calzoncillos, camisas, busos, camisetas, sacos,
pantalones, pantalonetas, etc… una montaña de tela de muchos colores,
que necesita mantener resguardada en un
armario, lejos del sol, la humedad, además
necesita ser lavada con frecuencia para no adquirir olores desagradables, y en
muchos casos planchada para dar la impresión de impecable, que quizás no tenga
su poseedor.

¿Cuál es
bendito problema que no lave la ropa? No la planche, y no la guarde, es más que
no la use, pensé, y me remití a las evocaciones de sueños en los que me sentía desnudo
entre la multitud, en esta ensoñación llena de sentimientos encontrados,
recuerdo el aire recordándome mi integra
falta de vestido, la libertad que se sentía, pero también la vergüenza de
saberse al aire, descubierto en la
debilidad de un cuerpo sin tapujos culturales, evidenciado a los otros,
puesto al descubierto, vienen a mi memoria más como una pesadilla, que como un
sueño, en sociedades antiguas, la visión de pecado era análoga a la desnudez,
es así como se menciona en la biblia que Israel descubría su desnudez a los países,
o sea, que desvergonzadamente pecaba con todos los demás, haciendo caso omiso de
su Dios.
Esto no
es una charla de religión, el hecho es, que si hoy me atreviera a salir desnudo
a la calle, habría un fenómeno social tras el hecho, primero mis vecinos
aterrados saldrían a la ventana, luego algunos se acercarían, otros comentarían
mi descaro, los niños como en feria se agolparían para burlarse de defectos físicos,
para contemplar lo fálico, después de
ese carnaval de sucesos, el espectáculo acabaría con un buen paseo policial, y quizás
una noche de pasión por parte de algún delincuente,
un doloroso recuerdo.

-“virgen santísima, al profesor se le dio por
salir desnudo Carmencita” comentaría la comadre.
-“no
mamita, si es que ese señor siempre ha estado loco, lastima con la mama que es tan santa, evangélica
y todo, pero es una personota” comentaría ya con los ojos sonrientes llenos del
recuerdo jocoso.
-“mamita
pero a mí me aterra, ese muchacho se va de psiquiátrico, salir a mostrar las vergüenzas
así, además, se nota que nunca toma sol” la comadre diría.
-“si
mami, lastima, no era tonto el muchacho”.
Pero ¿Qué
le vemos a la desnudez? ¿Es mala de por sí? ¿Es inmoral? La desnudez es el
estado natural de cada ser humano, pero se vive en una sociedad de morbo, donde
lo natural ha tomado forma de taboo, se
buscan posibilidades anti éticas para aquello que está ahí desde el principio,
no hay necesidad de decirlo, solo cuando vemos desnudo al otro ser humano, nos damos cuenta lo vulnerable,
lo humano que es, desnudo un presidente daría un cambio significativo a su
discurso, desnudo un sacerdote estremecería
todo un reino milenario, desnudo el embolador, desnudo el chofer de bus,
desnudo el constructor, no deja de ser las mismas personas, son ellos, es su piel, su vestido, su sexo, su
identidad. Si, es sexo, pero el sexo no es malo, existe por alguna razón, vivimos el 100 por ciento de nuestras vidas
con el, y solo en ocasiones se manifiesta
en genitalidad, la desnudez de un anciano grita respeto, necesidad de protección, muestra las huellas de un pasado, es venerable,
la desnudez del niño muestra alegría, inocencia, no hay desnudez mala, malos son nuestros
pensamientos, malos los paradigmas
sociales, malo es lo que queremos ver como malo. Y si citare un versículo bíblico, para que vean
que la biblia no es solo para locos psicóticos místicos Tito 1:15 cita “Todas
las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada
les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. “
En una
sociedad donde los mejores vestidos nos roban
descaradamente, ellos que no evidencian su desnudez, con camisas de Armani,
Vestidos de “Chanel”, su desnudez, como lo cita la sagrada biblia, debería ser
expuesta, mostrando su falta de
humildad, no la suya física, sino esa,
inmoral, descarnada, grotesca desnudez de su alma, con la que ofenden , una
desnudez de sus actos, de sus acciones
impartidas desde un atrio, educando para la doblez de corazón, para
enseñar que estar “como dios nos trajo al mundo es pecado, es sexual”, pero
tapar nuestras faltas es lo que Dios manda.
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